Wednesday, August 30, 2006

¿CUÁL ES MI PROPUESTA DE TRABAJO?

Por nuestros derechos y por nuestros deberes


ESTIMADOS COLEGAS ADUANEROS:



Algunos de Uds. ya han recibido la carta pública por la cual comuniqué a los colegas socios de Anfach mi decisión de postular mi nombre al Directorio Nacional de nuestro gremio. Muchos me han preguntado que porqué no voy en una de las listas. Otros me han preguntado cuál sería mi visión del gremio. Otros me han planteado cómo veo la relación del gremio con la política contingente.


Por eso, ya que en estas contiendas prácticamente no hay debate de propuestas, pero sí mucho consignismo, quiero contestar públicamente las principales cuestiones.


1. ME INSCRIBÍ EN FORMA INDEPENDIENTE porque mi compromiso es por un trabajo de unidad gremial, de rescate de las fortalezas históricas de la ANFACH, sin caer en las contiendas internas que tanto han desgastado las relaciones interpersonales al interior del gremio. Antes de reincorporarme al Servicio apoyé y asesoré a la Directiva del gremio, principalmente como columnista en diversos medios, trabajando en la defensa de la identidad gremial, de los intereses de la comunidad aduanera, proponiendo ideas para la reforma y modernización, lo cual consta a los colegas que llevaron el gremio en los últimos 16 años. Por eso, cuando digo rescatar la mística de unidad, quiero decir trabajar de manera propositiva, sin caer nunca más en descalificaciones entre colegas. Voy solo y dispuesto a trabajar en equipo de manera transversal, con todas las personas que estén dispuestas a hacerlo con dedicación, entusiasmo y total transparencia.



2. MI VISIÓN DEL GREMIO es la dignificación de los funcionarios aduaneros, mejorar sus condiciones de trabajo, dotándolos del equipamiento adecuado a su función, con cobertura de los riesgos que afrontan en zonas extremas. Lo cual es mucho más que la reivindicación económica. Es luchar porque sean escuchadas las propuestas técnicas que surgen de la entidad gremial, de la realidad de quienes están en las líneas de trabajo. Mis energías en este sentido apuntarán a luchar por la definición de una carrera funcionaria, que permita desarrollar al Servicio en su misión insoslayable de fiscalización y a los colegas le permitan ir ascendiendo en el desarrollo personal con un claro camino de especialización. En este sentido, pondré a disposición de mis colegas, toda mi experiencia en procesos de modernización aduanera, para que desde el gremio empujemos el carro con una visión que plantee los derechos y deberes del buen funcionario de aduanas.
Creo en este sentido, que nuestro gremio tiene grandes capacidades para poder repensar nuestra institución con rigurosidad técnica, de acuerdo con los nuevos desafíos. Podemos, por lo tanto, mantener una interlocución válida, de respeto y colaboración con la Dirección Nacional, ya que somos servidores públicos, servidores del Estado, más allá del gobierno de turno, y por ello nos debe interesar el largo plazo y no sólo la coyuntura.

Si como gremio ayudamos a nuestros colegas a crecer como funcionarios competentes, asumiendo derechos y deberes, podremos trabajar sin perder nuestra identidad, con creciente orgullo de ser aduaneros.



3. EN QUÉ COSAS CONCRETAS PROPONGO TRABAJAR:


a) En cuanto a modernización del Servicio, siguiendo los esfuerzos dados durante la gestión de Eliana Santander y los Presidentes anteriores, debemos hacer el esfuerzo de presentar a la institución una propuesta de Carrera Funcionaria. Todos los temas que nos inquietan, tales como viático de fronteras, situación precaria de funcionarios a contrata, política de traslados y promociones, tienen como raíz común un problema de fondo: no tenemos una carrera funcionaria y no aparecen en el horizonte institucional señales acerca de desarrollarla, por lo que propongo colocarlo en carpeta desde el gremio, levantando una propuesta en este sentido. Para esto aporto mi experiencia, ya que es ésta una tarea estratégica que debemos impulsar con la mayor energía y seriedad. El haber sido representante de los profesionales en la Comisión de Contrata en Anfach, me ha convencido de que la solución es sincerar la planta, pero sobre la base del diseño de una carrera que marque los nuevos ámbitos y niveles funcionales y jerárquicos de una Aduana moderna.



b) FORTALECER EL COOPERATIVISMO: creo que podemos entregar a nuestros asociados muchos más servicios que los actuales. Creo en la cooperación, creo en las personas y mi visión cristiana de la vida rechaza el sistema individualista de capitalismo salvaje en que estamos inmersos. Por eso, pienso que podemos mejorar nuestro espacio más cercano, alivianar a nuestros colegas las tensiones diarias de bregar por sus hijos y familias. Propongo:

  • Sacar adelante mediante una licitación transparente el "compre juntos" de ANFACH, para lograr una "Canasta Básica de la Familia Aduanera" que signifique adquirir mensualmente, con descuento por planilla un set de productos que todo hogar requiere cada mes. Podemos obtener grandes descuentos para nuestros asociados, sin problemas de logística, pues entregaríamos el vale para que sea retirada la canasta en cada ciudad, a través de la cadena que gane en el concurso. La clave es creer en la capacidad asociativa y por eso me la juego si soy parte de la Directiva Nacional.

  • Hacer un catastro entre los colegas para, con el mismo criterio, segmentar necesidades. Creo que debemos funcionar con prácticas solidarias hacia el interior del gremio y esto redundará en los climas laborales beneficiando a la institución. Estoy seguro que podríamos lograr las compras cooperativas de uniformes, créditos universitarios, etc. Negociar en conjunto deudas de consumo para alivianar el sobreendeudamiento interno. Lo que propongo es trabajar con eficiencia para que sean los asociados los que se vean recompensados por la pertenencia la gremio. Estoy seguro que muchos colegas que no han querido afiliarse, lo harían si ven que funcionamos con el máximo espíritu de colaboración, bajando del discurso a la acción.

c) MEJORAR LA GESTIÓN FINANCIERA DEL GREMIO:
Reconociendo las inversiones históricas de ANFACH, creo que es necesario tomar decisiones para recuperar económicamente la Asociación. Por ejemplo, respecto al inmueble de Tongoy, propongo darle movimiento los 8 o 9 meses del año que son improductivos, colocándolo, por ejemplo, a disposición de Sernatur para sus programas de Tercera Edad, lo que podría significar darle movimiento, mantenerlo, cuidarlo y lograr recuperación de flujos. Creo que podemos ir a una campaña de nuevos socios si atendemos las inquietudes e intereses de colegas que no se han integrado por pensar que la acción gremial no los identifica. Mi planteamiento en materia de atender a las premuras de nuestros colegas a lo largo de Chile, sería una forma de atraer a colegas, una gran mayoría a contrata, que fortalecería económicamente al gremio.



COLEGAS, NO SE TRATA DE DEFENDER SÓLO NUESTROS DERECHOS, ES PRECISO QUE ASUMAMOS NUESTROS DEBERES Y FORTALECER LA ADUANA CHILENA ES NUESTRO DEBER PRINCIPAL.

Carta abierta a mis colegas aduaneros


Decidí postularme como miembro del Directorio Nacional de ANFACH, Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas de Chile y no es una decisión menor.


He cumplido ya 36 años desde que obtuve el título de Administrador Público con mención en Administración Aduanera, mi profesión de origen. Recuerdo que ingresé a la Aduana aérea de Pudahuel en Junio de 1970, por concurso público. Fui exonerado político por el primer Superintendente del régimen militar en diciembre de1973. Me he reincorporado en el año 2002 y he retomado de nuevo este espacio, en el qué aprendí las bases para haberme desarrollado integralmente en mi especialidad.


En mis inicios, luego de abandonar el alero del servicio público, viví dignamente en Buenos Aires, trabajando en dos compañías internacionales, gracias a las competencias profesionales que había logrado en mi breve, pero intensa carrera aduanera. La vida me dio la oportunidad de llegar a ser académico, autor y consultor internacional, enseñando de negocios, aduanas y exportaciones por diversas latitudes y culturas. Trabajé en los noventa en varios países de la región, dejando una huella positiva en amigos y trabajos cumplidos. Tuve a mi cargo el reglamento operativo de la Aduana de República Dominicana; coordiné la Comisión que reglamentó la Ley de Aduanas de Bolivia; diseñé el sistema de promoción de exportaciones e inversiones de Ecuador; fui encargado del proyecto de sistema de devolución de impuestos para ese país; trabajé en el Código Aduanero del Paraguay y en el diseño de la planta de esa Aduana, en actual aplicación.


Cuando uno se siente con energías suficientes para promover nuevos proyectos, es un deber cívico el aportar esta experiencia a la institución en que uno se formó. Cuando recuento tantos rostros y esfuerzos, me alegra esta decisión de incorporarme al trabajo gremial y espero que mis colegas lo entiendan como un aporte generoso y franco, como un compromiso por la transparencia y la dignificación de aduaneros y aduaneras. No dejaré, en caso de ser elegido, las funciones que cumplo en materia de Capacitación dentro de la institución. Pretendo cumplir con absoluta seriedad este compromiso, pues creo que con las técnicas actuales de comunicación, perfectamente se pueden compatibilizar ambas responsabilidades.


Por lo tanto, me declaro en una campaña especial, que quizás traiga los resabios poéticos de ese funcionario de Aduanas, Félix García Sarmiento, Rubén Darío, que contaba bultos en el puerto, mientras su espíritu se solazaba escapando por cerro Alegre. Dios me ha permitido equilibrar los hemisferios del entendimiento y la emotividad para poder expresar con claridad mis pensamientos, en la poesía o en el plano técnico, sin dobles discursos ni volteretas, fomentando la crítica constructiva y la cooperación entre las personas.


Para la reunión de Administradores Públicos del 19 de noviembre de 2005, entregué un documento de reflexión que titulé "La Aduana que tenemos, la Aduana que queremos", como una incitación al debate y al compromiso con nuestra institución. Creo que ANFACH ha jugado un rol importante en el desarrollo de la institución aduanera, pero queda un largo camino por recorrer.

Es necesario asumir el fortalecimiento de nuestras capacidades para afrontar nuevos desafíos técnicos, pero, al mismo tiempo, es necesario asegurar a los colegas un camino de desarrollo personal, una carrera funcionaria que hoy no existe. Es preciso bregar por una nueva planta funcionaria que sincere el plantel aduanero actual, incorporando a la planta al personal de contrata.


Es necesario potenciar una presencia fuerte de nuestro Servicio en el ámbito de Hacienda, para servir mejor a la fiscalización de los flujos de comercio, a la vez que hacer más eficiente la infraestructura logística de nuestro comercio con el mundo. En el plano profesional, pienso que el diálogo con la Dirección Nacional debe ser seguir siendo propositivo y coherente, para poder exigir que nuestra Aduana llegue a ser una entidad reconocida por las autoridades y la sociedad chilena. Los cambios necesitan de nuestra fuerza gremial para agilizar los tiempos de las decisiones centrales.


Con mi postulación quiero aportar mi experiencia y energía para el mejoramiento de la gestión dentro del gremio. Me la juego por alcanzar un clima de armonía, de respeto y de cooperación. Que prime un espíritu de servicio a los asociados. Como profesional que cree en las personas, veo necesario evitar las contiendas que desgastan y levantar la mirada a proyectos que vayan en beneficio de los asociados de ANFACH. Propongo trabajar para que recuperemos el espíritu cooperativo que marcó el nacimiento del gremio, yendo a acciones prácticas y viables de compras cooperativas para las familias, de acuerdo a los segmentos de edad de nuestros asociados. ¿Qué nos impide pensar en cooperativas habitacionales para los colegas más jóvenes o en sistemas de compre juntos para los gastos escolares?


Quiero atraer a los colegas que no se han inscrito en ANFACH para que se incorporen sintiendo que encontrarán ayuda a problemas reales de sus familias. Quiero que se sumen a trabajar de manera moderna y solidaria generando espacios que mejoren la convivencia interna, dejando atrás rencillas que nada aportan.


Soy un convencido de que no debieran influir en el gremio las etiquetas proselitistas, pues es necesario el trabajo serio, honesto y transversal. Sin embargo, nos conocemos por nuestras conductas y por nuestro derrotero. En ese sentido, soy un progresista de raíces cristianas, que cree y difunde en sus escritos los valores del humanismo, la profundización democrática y la participación. Me siento todavía con las energías y sueños que tenía cuando ingresé al Servicio Nacional de Aduanas. Fui exonerado de él por un régimen de facto, porque en Pudahuel, en una asamblea del gremio, el 10 de Septiembre de 1973, un día lunes por la mañana, a través de un discurso emotivo logré que nuestro gremio no paralizara y que respetáramos la legalidad de un régimen constitucional como servidores públicos. Ese discurso dado desde el corazón, significó que la Aduana y el aeropuerto siguieran funcionando normalmente, hasta el día siguiente. Eso es lo que puedo hoy mostrar con orgullo como un antecedente casi juvenil de lo que ha sido mi vida como aduanero en esta institución.


Simplemente, colegas, aduaneros y aduaneras, socios y socias de ANFACH, pido uno de sus cuatro votos para seguir trabajando por un gremio al cual pertenezco y del cual me siento orgulloso.

Gracias por su adhesión

Hernán Narbona Véliz

Administrador Público